lunes, 21 de septiembre de 2015

Edema pulmonar agudo

El edema pulmonar agudo es una acumulación aguda de líquido extravascular en el intersticio pulmonar (edema intersticial) o en su espacio aéreo (edema intraalveolar).


ETIOLOGÍA 
De acuerdo con su origen el edema pulmonar se divide en dos grandes categorías: el edema pulmonar cardiogénico, que se origina como consecuencia de insuficiencia ventricular izquierda, infarto agudo del miocardio, cuadros de hipertensión arterial esencial, estenosis aórtica, enfermedad de la válvula mitral, miocardiopatía, cor pulmonale, trombosis de aurícula izquierda o mixoma auricular izquierdo; el edema pulmonar no cardiogénico, que se puede originar por aspiración de contenido gástrico, contusión pulmonar, fracturas múltiples de huesos largos, neumonía, transfusiones múltiples, sepsis, pancreatitis, sobredosis de fármacos, quemaduras, inhalación de gases tóxicos y coagulación intravascular diseminada; el edema pulmonar neurogénico y el edema pulmonar agudo iatrogénico.


FISIOPATOLOGÍA 
Se producen alteraciones del equilibrio entre la presión hidrostática y la presión oncótica por defectos de la permeabilidad capilar o por insuficiencia del drenaje linfático, lo que ocasiona que el alveolo se inunde de líquido o el intersticio pulmonar se congestione.

Alveolos con edema.

Ventilación perfusión normal.


Alteración en la ventilación perfusión.



CUADRO CLÍNICO
El paciente se presenta con polipnea y disnea paroxística nocturna al adoptar la posición de decúbito, ya que favorece la congestión pulmonar. Aparece tos con esputo blanquecino o asalmonelado, acompañada de dolor torácico y estertores inspiratorios bilaterales diseminados (marea ascendente de estertores), con sensación de angustia, diaforesis y cianosis.

La insuficiencia cardiaca aguda con edema pulmonar es una urgencia médica que se caracteriza por congestión pulmonar grave, que se puede acompañar de signos de mala perfusión tisular. El riesgo de mortalidad es alto en ausencia de medidas terapéuticas y diagnósticas agresivas.


MANEJO PREHOSPITALARIO
1. Vía aérea permeable de acuerdo con la situación clínica del paciente.

2. Aspiración nasotraqueal de las secreciones.

3. Administrar oxígeno suplementario mediante mascarilla facial con bolsa reservorio de ajuste hermético y FiO2 mayor de 0.85.

4. Si existe neumopatía obstructiva crónica mantener una saturación de 85 a 90% con presión positiva.

5. Monitorear la oximetría de pulso y la capnometría.

6. Puede ser necesaria la ventilación mecánica si el estado respiratorio no mejora rápidamente.

7. Colocar una línea venosa periférica con solución salina fisiológica a goteo de permeabilización.

8. Colocar sonda de Foley a permanencia.

9. Establecer lo más pronto posible la causa del edema pulmonar.

10. Colocar al paciente en posición de semifowler. 

11. Determinar los factores precipitantes:
a. Transgresión del tratamiento.
b. Transgresión dietética. 
c. Dolor torácico.
d. Hemorragia. 
e. Infección.


MANEJO FARMACOLÓGICO
1. Administrar inhibidores de la bomba de protones, como omeprazol en dosis de 40 mg en bolo intravenoso. 

2. Administrar procinéticos del tipo de la metoclopramida en dosis de 10 mg en bolo intravenoso. 

3. Administrar diuréticos de asa, como la furosemida en dosis de 40 a 80 mg en bolo intravenoso. 

4. Valorar el uso de digitálicos; se sugiere la digoxina intravenosa en dosis de impregnación de 0.5 mg en caso de taquicardia supraventricular. 

5. Valorar la administración de sulfato de morfina en dosis de 10 a 15 mg por vía subcutánea o 5 mg en bolo intravenoso administrado en un lapso de dos a tres minutos, con incrementos de acuerdo con la tensión arterial. El efecto vasodilatador pulmonar y sistémico por bloqueo simpático reduce el trabajo respiratorio y el estrés del paciente. 






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