miércoles, 29 de julio de 2015

Traumatismo de cuello

Las lesiones del cuello son consideradas complejas por el gran número de estructuras anatómicas que lo integran. Tienen su mayor incidencia en el individuo del sexo masculino entre los 21 y los 30 años de edad. El trauma cerrado tiene baja incidencia, debido quizá a que se reporta menos, y 50% de los casos se asocian a accidentes de vehículos de motor. Por otra parte, el trauma penetrante presenta una mayor cantidad de lesiones asociadas.


REGIONES
Roon y Christensen definieron tres zonas para clasificar las lesiones del cuello, las cuales se enumeran a continuación:

Zona I: de la clavícula al cartílago cricoides.
Zona II: del borde inferior de cartílago cricoides al ángulo de la mandíbula.
Zona III: del ángulo de la mandíbula a la base del cráneo.







CLASIFICACIÓN

Traumatismo contuso 
Es la acción de un cuerpo romo que contunde pero no penetra en la región anatómica del cuello.




Traumatismo penetrante 
Es todo traumatismo que penetra alguna región del cuello, cuya gravedad está condicionada por el área afectada y su profundidad.





EVALUACIÓN

Inspección
Determinar la zona del cuello en la cual está la lesión, así como la profundidad de la herida; observar la presencia de hemorragias y de fugas de aire (burbujeo), y evaluar la presencia de hematomas y su tendencia a evolucionar.

Palpación
Palpar cuidadosamente las zonas en busca de dolor, contractura muscular, alteraciones en la sensibilidad, enfisema subcutáneo y la presencia del pulso carotídeo.

Auscultación
Valorar los ruidos ventilatorios en las regiones supraclavicular e infraclavicular y la presencia de soplos carotídeos.


MANEJO PREHOSPITALARIO

Vía aérea
En el paciente traumatizado de cuello se recomienda la intubación temprana cuando se sospechan lesiones que pueden comprometer la vía aérea.
Se debe colocar de inmediato collarín cervical.

Ventilación y oxigenoterapia
Administrar oxígeno con una FiO2 mayor de 0.85. Si se requiere, brindar ventilación asistida con bolsa válvula mascarilla con frecuencia de 12 a 16 por minuto. En el paciente intubado es recomendable la ventilación mecánica asistida.

Circulación y control de hemorragias
Efectuar el control de hemorragias externas y colocar una vía venosa periférica con catéter calibre 14 o 16 con soluciones cristaloides para mantener una tensión arterial media de 80 mmHg.

Déficit neurológico
Valorar mediante AVPU y posteriormente hacer la evaluación de la escala de coma de Glasgow. Por último, es necesario evaluar la sensibilidad y la motricidad en las cuatro extremidades.

Exposición
Evaluar las partes anterior y posterior del cuello, y recolocar el collarín cervical en cuanto se concluya la revisión.





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